‘Cartas para la libertad’, obra de la periodista Sandra Camps, resultado de un taller en el centro penitenciario de Sevilla 1
«Cartas para la Libertad» empezó sin saber muy bien qué recorrido podía tener. La intuición y la curiosidad llevaron a la periodista Sandra Camps al centro penitenciario de Sevilla 1 de la mano de la ONG Solidarios para el Desarrollo, que llevan años desarrollando actividades culturales dedicadas al ocio de los presos dentro de la cárcel. De aquel taller, nació el podcast germen de este libro.
Fue un descubrimiento apasionante descubrir el mundo que se vive alrededor de una carta en prisión y cómo el poder de las cartas puede ayudar a estas personas a cambiar, a relacionarse con el exterior, a enamorarse, a reconciliarse con un ser querido, a parar un motín sangriento o a lograr la libertad incluso», relata la periodista.
«Fueron unos dos años los que duró el taller y nació de una intuición periodística. Como periodista social, he ido mucho a prisiones para hacer reportajes diversos y en el último pude escuchar cómo algunos presos leían textos escritos por ellos. Entonces pensé que en la calle, con los móviles, la comunicación tiende a ser muy breve y parca y ya casi no se escriben cartas. Un género que a mí siempre me ha gustado mucho y entre muros probablemente sí que se mantendría la necesidad de escribir y de soltar lastre gracias a una carta. Pero sólo era una intuición al principio que se confirmó en la primera sesión. Las cartas son un tesoro en prisión y es un mundo por descubrir fascinante porque existen muchos tipos de cartas, algunas que desconocía y tienen todo el sentido si se escriben en la cárcel. Además, las cartas pueden dar pie a muchas situaciones nuevas como podremos descubrir y es una manera de conocer a la persona, no al preso. No me interesa por qué están en prisión en este taller. Me interesa conocer a la persona que está privada de libertad en un lugar hostil y entre desconocidos. Porque estos hombres también son hijos, hermanos, padres, hermanos, maridos o amantes y tienen mucho tiempo para reflexionar. Yo estuve en el módulo de respeto, eran solo hombres y la mayoría con ganas de recuperar la libertad y una vida en paz. Sus cartas son el alma de estas personas.
Al principio, fui sin proyecto periodístico, sólo era curiosidad y ganas de conocer de otra manera ese mundo. Sin micrófono y sin intenciones periodísticas pero ellos mismos me daban las cartas y entre todos hablamos de la posibilidad, al inicio, de hacer un diccionario taleguero porque había mucho vocabulario propio del lugar desconocido fuera de esos muros. Pero mientras, les planteé la posibilidad de que ellos leyeran sus cartas y lo grabara para emitirlo en un podcast y les encantó la idea. Así nació el podcast: Cartas para la Libertad en la web en RNE. Y posteriormente el libro».