En los últimos tiempos, junto a los tradicionales comunicados de prensa, los gabinetes de comunicación o de prensa de instituciones y organizaciones públicas y privadas (ministerios, ayuntamientos y partidos políticos) han impuesto la práctica de enviar audios y vídeos editados a las redacciones de radios y televisiones.

Este comportamiento profesional puede asumirse cuando se trata de una aportación complementaria de una información que voluntariamente puede interesar a un medio de comunicación, pero jamás puede ser aceptada cuando los audios y los vídeos son remitidos después de una rueda de prensa sin preguntas o de la habitual negativa a realizar declaraciones, personales o telefónicas, que es lo que sucede casi en el cien por cien de los casos.

Se trata de una fórmula más para relegar el trabajo de los periodistas y de convertir a los medios de comunicación en medios de transmisión dirigida, ya que se elimina la posibilidad de realizar preguntas, de ir más allá en los temas y de buscar las últimas razones o las causas de las decisiones. Esta actuación es simplemente propaganda interesada a la carta. Esta práctica no es periodismo, y nunca puede ser aceptada por los periodistas.

La Asociación de la Prensa de Sevilla hace un llamamiento público a todos los directores de los medios de comunicación audiovisuales, y también a los responsables de informativos y editores, para que rechacen y no emitan las informaciones remitidas y que no hayan sido elaboradas por periodistas del propio medio. Terminar con esta mala práctica, que constituye un desprecio al trabajo periodístico, depende exclusivamente de los periodistas.