Conclusiones de las Jornadas «Mujeres, de Objeto a Sujeto», organizadas por la AMPS
Las Jornadas “Mujeres, de Objeto a Sujeto” organizadas por la Asamblea de Mujeres Periodistas de Sevilla y provincia, arrojan datos alarmantes en una sociedad que aspira a la igualdad real entre hombres mujeres. En la inauguración de las jornadas, la directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Soledad Pérez, planteó la necesidad de profundizar en materias de género y en el papel fundamental que tienen los medios de comunicación en la concienciación de la ciudadanía en materia de igualdad.
LAS MUJERES EN LA UNIVERSIDAD Y EN EL TRABAJO
El papel de la mujer en la Universidad, donde su presencia es superior a la de los hombres en el alumnado, con un 55% de matriculaciones, no se corresponde con su presencia en el profesorado. Actualmente, solo el 33% de los docentes universitarios son mujeres, porcentaje que se reduce hasta el 14% cuando se trata de Catedráticas, según datos aportados por Isabel Vázquez Bermúdez, Directora de la Unidad para la Igualdad de la Universidad de Sevilla. Para conseguir la Igualdad en materia de Género, es fundamental la educación, y que las mujeres estén presentes en proyectos de investigación, no obstante, tan solo el 20% de los proyectos universitarios, están liderados por mujeres. Por este motivo, desde la Universidad Hispalense se ha puesto en marcha el Primer Plan de Igualdad de Género en el curso 2009-2010.
En este sentido, la antropóloga mexicana Marcela Lagar señala que “las chicas son socializadas como seres para otros. Los chicos, son socializados como seres para sí”, y hasta que no se supere esa barrera histórica gracias a la educación, no será posible avanzar en igualdad.
Hoy en día las mujeres siguen siendo, en su mayoría, las que concilian vida familiar y laboral, sus sueldos son inferiores a los de los hombres ocupando los mismos puestos, y tan solo un mínimo porcentaje de ellas alcanzan puestos de responsabilidad en sus empresas, es lo que se entiende por techo de cristal. Un conjunto de normas no escritas que dificulta a las mujeres acceder a los puestos de alta dirección. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes, ni dispositivos sociales establecidos, ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que son difíciles de detectar.Son muchos los obstáculos que se presentan en las carreras profesionales de las mujeres. Las estructuras jerárquicas de las empresas se rigen por reglas masculinas y el prototipo de empleado ideal sigue siendo un varón. La designación para ocupar puestos de alta dirección no se hace por méritos sino por elección y tienen mucha influencia las redes sociales que los hombres tienen dentro de las empresas. Sigue siendo predominante el estereotipo que relaciona al hombre como directivo considerando que la mujer no puede serlo porque no tiene capacidad de mando y autoridad. Estos estereotipos proceden no sólo del ámbito empresarial sino del entorno familiar y educativo.
Uno de los mayores problemas en la trayectoria profesional de la mujer, viene dado por la elección que tiene que hacer entre su vida personal y laboral. La cultura empresarial predominante y vigente es la que propugna que para llegar a ser alguien en la empresa hay que hacer una cesión completa de la vida personal ya que si no se hace no se tiene en cuenta a esa persona. Esta forma de gestión de los recursos humanos responde a ese prototipo masculino y a una sociedad basada en la división sexual del trabajo.
LAS MUJERES EN LOS MEDIOS AUDIOVISUALES (CINE Y PUBLICIDAD)
Según datos aportados por Pilar Aguilar, critica y ensayista de cine y televisión, el 90% de las películas están protagonizadas por hombres, y tan solo el 7,3% de las películas españolas realizadas en los últimos diez años han sido dirigidas por mujeres. Ante este panorama, cabe concluir que el cine actual en su mayoría, refleja una visión unilateral, en la que los protagonistas masculinos llevan el peso de la trama y las mujeres, personajes secundarios, solo aparecen cuando el protagonista masculino vive una historia de amor. Entonces, la mujer es representada como un ser dependiente, cuyo centro de vida, es hacer feliz al hombre.
Este hecho, que puede parecer banal, esconde un trasfondo muy importante, a juicio de Pilar Aguilar. «Los chicos jóvenes está acostumbrados a recibir una visión en la que ello son estupendos. Luego tienen que enfrentarse a una realidad en la que las chicas están tan bien preparadas como ellos. Y eso tiene que ver con la violencia».
En el caso de la publicidad, la temática se mantiene. Una de las discriminaciones directas más evidentes a que se ven sometidas las mujeres es, sin duda, la esclavitud de la imagen que según el modelo de sociedad imperante debe tener y los procesos a los que tiene que someterse para ajustarse al prototipo que se le asigna. Las mujeres deben permanecer jóvenes, delgadísimas, etéreas, sumisas, los mensajes repiten, a veces sutiles pero casi siempre claros y directos, que sus puestos en la sociedad, en el hogar y en la empresa están condicionados por la calidad de su pelo, por lo bien que huele o por lo eficaz que es comprando un detergente u otro, sin que se oigan protestas al respecto, salvo en casos muy indignos, de ningún sector social.