Que Urbaneja rectifique sus palabras contra Sara Carbonero y FAPE rompa su silencio cómplice
Desde la Asociación de la Prensa de Servilla no vamos a seguir guardando silencio a la espera de que Fernando González Urbaneja rectifique sus declaraciones sobre la periodista de Telecinco, Sara Carbonero. Han pasado varios días desde que en Santander pusiera en cuestión su trabajo haciendo uso de un paternalismo profesional rayano en el machismo, por mucho que sus palabras intenten ahora justificarse a la desesperada en un comunicado firmado por la Asociación de la Prensa de Madrid de la que es presidente. Lo sentimos por él, pues al no albergar la más mínima intención de disculparse ante Sara o ante el resto de las periodistas televisivas que pudieran sentirse aludidas, parece incapaz de aplicarse a sí mismo esas “buenas prácticas periodísticas “que tanto proclama. Urbaneja está en su derecho de criticar lo que considere mal periodismo en Telecinco, pero se ha equivocado al mezclarlo con la honesta actividad profesional de una periodista que ha demostrado su valía mucho antes del Mundial, tal como se ha acreditado por la propia cadena al rechazar sus vejatorias acusaciones. Creemos por ello que es hora de exigirle una rectificación en toda regla y de pedir a la FAPE que rompa la complicidad del silencio y se pronuncie claramente sobre el asunto.
Las mujeres periodistas -las de televisión incluidas- llevan ya muchos años trabajando y luchando contra todo tipo de barreras para obtener por fin el reconocimiento profesional que se merecen. Urbaneja dice saberlo y ser además uno de sus más fervientes valedores. Nada que objetar, pero ignora que el paso siguiente consiste en no formular ni tolerar y menos de forma infundada, cualquier expresión de descrédito hacia la actividad profesional de tales periodistas porque eso lo coloca en el mismo bando que critica.
El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid debe respetar el dispositivo logístico montado por Telecinco para dar cobertura al Mundial de Sudáfrica y sólo criticarlo en el caso de que informe mal sobre lo que allí sucede o conozca alguna queja o malestar proveniente de las propias periodistas allí desplazadas, si es que piensa que saben hablar por sí mismas. Olvida Urbaneja que en ese tipo de dispositivos, como ocurre con el resto de las cadenas, emisoras y medios, se incluye a los mejores profesionales porque es mucho lo que se juegan. Y Sara Carbonero, no le quepa duda, forma parte de ese grupo de excelencia como ha demostrado con creces en sus años de ejercicio profesional. La vida personal o las relaciones afectivas de cada cual – otra regla del buen periodismo – pertenecen al ámbito estrictamente privado y su utilización para cuestionar la profesionalidad de una periodista es, en este caso, machista.
Si el presidente de la APM se niega a disculparse, busca respaldos cómplices y mantiene sus reparos a la valía profesional de Sara Carbonero, que sepa la periodista de Telecinco y todas las que hayan podido sentirse denigradas por las opiniones de Urbaneja, que la Asociación de la Prensa de Sevilla, en la que se practica el respeto hacia cualquier actividad periodística y no se menoscaba la defensa y el apoyo profesional, tiene sus puertas abiertas y les ofrece toda su solidaridad.
Seguiremos esperando por último, que FAPE pueda de forma autónoma reconducir esta situación, mediante una defensa clara y manifiesta de las profesionales del mundo televisivo y libere así, públicamente, el lastre que parece tenerla atada al titular de la Asociación de la Prensa de Madrid.
La Junta Directiva
Asociación de la Prensa de Sevilla